La Joyería es arte
Y este es un escrito personal para expresar sentimientos cohibidos de una niña que con talento precoz, tuvo intenciones de crear, de transformar, de dibujar, de colorear y de volar.
Esto no es una queja para nada, viví una infancia feliz y el camino lo recorrí como debía y como en su momento quería; sin embargo, es un descubrimiento que, aunque siempre estuvo presente, solo aterrizo casi 3 décadas después para venir a darme cuenta del gozo que me produce la expresión de mí misma en trozos de metal, de piedras y de muchos otros minerales y materiales que me permiten mi propia locución, única e individual, plasmada en joyas.
A los ojos de nadie el arte permanecerá oculto.
Muchas personas esconden su talento por falta de confianza en sí mismos, porque por ese temor de ser juzgados no se atreven a salir a la luz y decir “aquí estoy yo, esto es lo que soy, esto es lo que amo y lo que me hace feliz.”
Por mucho tiempo traté de encajar en los estándares de la sociedad en que vivía, de ser quien esperaban que fuera y lo disfruté, realmente lo disfruté, hoy no estoy escapando de nada, todo ha sido parte del proceso de aprendizaje natural del ser humano pero hoy, simplemente estoy enterrando la bandera de un punto seguido y un nuevo camino donde sin temor a las palabras y sin temor a los obstáculos, de ahora en adelante yo decido lo que quiero expresar, lo que quiero transmitir y lo que quiero reflejar.
De donde vengo la gente es franca, la gente habla como quiere y dice las cosas sin tapujos, y no es algo a lo que haya estado ajena, pero si he sido recatada y mesurada. Detesto los conflictos y en la medida de lo posible trato de ser conciliadora, por eso para mí la creación de una joya debe transmitir el equilibrio entre la realidad y el sueño. Procuro que mis joyas transmitan la belleza de lo natural aun a pesar de conocer la realidad. (y aquí viene un ejemplo)
“Si no te las comes, te las pones” ha sido mi lema desde que empecé a crear «hormigas culonas» y no es algo ajeno a la realidad pues hoy en día cada vez tenemos menos hormigas reinas afuera y cada vez su precio se eleva para los días de “semana santa”, época que se considera como “temporada” para los amantes de este manjar gastronómico.
No juzgo a nadie, ni más faltaba, crecí en esa cultura, las he comido mil veces pero ahora ya no lo hago, ahora me las pongo y con esto busco cada vez más destinos a los que estas hermosuras puedan llegar con sus alitas.
La joyería es arte porque para mí, es la expresión de mis raíces, de mi suelo, de mi infancia, de mis amores, es poder exportar la belleza de mi tierra al mundo entero. Soy un grano de arena en la mitad del desierto que está buscando agua para unirse a un caudal de expresiones mágicas que transmitan el respeto hacia los demás, a cada cultura, a cada palabra y cada expresión interna del ser humano por ser lo que son dentro de los límites de la libertad. “Tus derechos llegan hasta donde empiezan los derechos del otro» (principio jurídico universal)
La joyería es arte para mí, pero estoy lejos de considerarme artista, dejo esta aclaración. Para mí la joyería es la es la materialización de sueños y expresiones internas, más allá de la creación de piezas estéticamente bellas y armónicas.
Mi admiración y profundo respeto a los verdaderos artistas afuera. Hoy siento empatía con el mundo exterior ajeno al mío.
Somos energía y la energía se transforma. La mía, en amor.
Alejandra Valdivieso.